¡Cristo reina!

Hoy elevamos al Cielo una sentida plegaria por el alma de nuestra inolvidable Madre Carmelo – Madre Lucinia.
Querida Madre, siempre estarás en nuestros corazones, dejaste allí una huella imborrable que quedará eternamente grabada como una impronta invaluable que guiará nuestros pasos para hacer siempre El Bien.
Siempre admiramos tu apostolado, al extraordinario estilo de tu amado Padre Gras, tu don de gentes, tu alegría, tu compromiso, tu solidaridad, tu calidez, tu trabajo por los más necesitados, tu labor incansable por hacer reinar a Cristo en el corazón de todos los hombres y, en especial, de quienes tuvimos la bendición de conocerte y estar al lado tuyo por tantos años. Nunca olvidaremos tus consejos, orientación, tampoco tus enseñanzas en las clases de Español y Biología.
De ti aprendimos muchísimas cosas para la vida, a ser mejores personas cada día, a trabajar por los demás, amén de leer y escribir muy bien… fuiste, eres y serás un verdadero ejemplo a seguir.
Estamos seguros que Cristo Rey y la Virgencita ya te recibieron gozosos en sus brazos.
¡Maravilloso ser humano… ¡una verdadera Hija de Cristo Rey, en todo el sentido de la palabra!